Esta tarde
Esta tarde visite a los antiguos colegas con quienes comparti un chingo de cosas. Regaños, chamba, juegos, desmadres, peleas, y sobre todo una convivencia diaria. En esta cotidianidad compartiamos desde platicas simples y llanas, hasta temas y sentimientos profundos. Se que ellos continuan conviviendo diariamente, pero yo ya no pertenezco a esta comunidad. Visitarlos me dejo triste. Me di cuenta que los extraño y ellos tambien me extrañan. No los volvere a visitar, convivire con ellos por supuesto porque a algunos de ellos los aprecio enormemente, pero en algun bar, con chelas de por medio. Pero no quiero regresar a ese sitio al cual ya soy totalmente ajeno.
Mauricio... un hombre totalmente insensible. Incapaz de sentir tristeza, amor, decepcion, alegria... tan feliz con mis sentimientos totalmente dominados, yo nunca perdi. Si alguien se enamoraba de mi, Perfecto. Si alguien se encabronaba y me dejaba de hablar. Perfecto, tambien. Yo nunca quise dejar de ser ese Mauricio. Pero lo inesperado. El reencuentro con Donovan el hidalguense, una historia sin historia, una hoja en blanco donde solo nuestros nombres se marcaron con fuerza, no habia nada... solo la magia del sentimiento que exploto en el momento en que nos conocimos. Explosión que dejo mi corazon infértil e incapaz de volver a sentir. Causando el mismo efecto que la bomba de Hiroshima. A principios de este año, cinco años después, tuvimos el reencuentro y nuevamente la magia de la primera vez, y una nueva explosion vino a liberar la caja de pandora... Todos, todos los sentimientos se esparcieron como plaga y los tengo a flor de piel. Me entristezco, me alegro, me enamoro, me duele, siento... lo cual es genial, es por eso que me dolio esta tarde, es por eso que me enamoro de Israel, es por eso que abrazo a mis amigos y los quiero. Obviamente la cosa no termina aquí, apenas es el ajuste, apenas aprendo a sentir nuevamente, aun no equilibro todo esto y se nota en mi historia con Israel. Yo nunca quise dejar de ser el Mauricio insensible, pero ya no lo soy. Y aun entro en conflicto pero por Dios ahora siento y es chido.
Mauricio... un hombre totalmente insensible. Incapaz de sentir tristeza, amor, decepcion, alegria... tan feliz con mis sentimientos totalmente dominados, yo nunca perdi. Si alguien se enamoraba de mi, Perfecto. Si alguien se encabronaba y me dejaba de hablar. Perfecto, tambien. Yo nunca quise dejar de ser ese Mauricio. Pero lo inesperado. El reencuentro con Donovan el hidalguense, una historia sin historia, una hoja en blanco donde solo nuestros nombres se marcaron con fuerza, no habia nada... solo la magia del sentimiento que exploto en el momento en que nos conocimos. Explosión que dejo mi corazon infértil e incapaz de volver a sentir. Causando el mismo efecto que la bomba de Hiroshima. A principios de este año, cinco años después, tuvimos el reencuentro y nuevamente la magia de la primera vez, y una nueva explosion vino a liberar la caja de pandora... Todos, todos los sentimientos se esparcieron como plaga y los tengo a flor de piel. Me entristezco, me alegro, me enamoro, me duele, siento... lo cual es genial, es por eso que me dolio esta tarde, es por eso que me enamoro de Israel, es por eso que abrazo a mis amigos y los quiero. Obviamente la cosa no termina aquí, apenas es el ajuste, apenas aprendo a sentir nuevamente, aun no equilibro todo esto y se nota en mi historia con Israel. Yo nunca quise dejar de ser el Mauricio insensible, pero ya no lo soy. Y aun entro en conflicto pero por Dios ahora siento y es chido.
1 comentario
el afilador -
saludos